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LIMPIO: Siete pasos para ser libres Lo que todo adicto necesita

LIMPIO: Siete pasos para ser libres Lo que todo adicto necesitaLesson 0

No era el plan de Dios que te convirtieras en un adicto. Dios jamás permitiría que un alma de su creación, llevase una vida de dependencia al alcohol y las drogas. Dios no es culpable. Te ama demasiado para pensar que ese es el destino que ha dispuesto para ti. Por supuesto que no, tiene que haber otra razón que explique por qué te encuentras en esta situación.

Las razones que explican la adicción van más allá de un vistazo casual a un adicto. En este momento se libra una batalla violenta entre el bien y el mal, que no es posible comprender por nuestra propia cuenta. Pero un estudio minucioso puede ayudarnos a conectar este conflicto con el problema que enfrentas hoy, y finalmente, encontrar una salida a tu situación.

La historia de adicción del mundo comienza cuando Dios creó a Lucifer, un ángel de luz perfecto. Era un ser glorioso y hermoso. Pero Lucifer, por elección propia, creó a Satanás. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones” (Isaías 14:12). Dios no lo creó, sino que Lucifer por su propia voluntad se convirtió en el diablo.

Desde el principio, Dios ha querido que todos sus seres creados lo amen. Sin embargo, para que las criaturas lo amen profunda y genuinamente, deben tener la libertad y la capacidad de devolver voluntariamente ese amor; de otra manera, no sería amor. Por el contrario, serían como robots haciendo todo lo que Dios ordena. Le servirían porque están programados para hacerlo, y no porque lo aman.

Con esta misma libertad de elección a su disposición, Lucifer prefirió rebelarse contra Dios y hacer las cosas a su manera. Tomó esa decisión en presencia de Dios y los santos ángeles, entendiendo a cabalidad las consecuencias. Está condenado a muerte, como resultado de su continua y constante guerra—una rebelión que ha llegado tan lejos que ya no quedan cualidades redimibles en él—su destino ha sido sellado.

Pero el tuyo no. Existe una salida, aunque te rebeles contra los increíbles planes que Dios ha trazado para tu vida.

Ahora mismo, el objetivo de Satanás es herir a Dios tanto como sea posible, arrastrando consigo a la humanidad, para que sufra con él su destino eterno. Eso te incluye a ti y al resto de nosotros. Pero, la Biblia dice que no tenemos que morir esta “segunda muerte”, el castigo eterno que enfrentará Satanás.

Podemos escoger servir al Señor con todo nuestro corazón y escapar de las tentaciones del diablo, mediante un contacto cercano, consciente y amante con Dios. Así es como puedes encontrar una salida a esta situación de horror en la que estás sumido: la adicción al alcohol y las drogas. Así es como puedes llegar a ser LIMPIO.